Cercanos a la fiesta de la Navidad, hemos ambientado la casa episcopal con lo propio de la época, y aunque sabemos que lo más importante es preparar el corazón, quisimos ayudarnos físicamente con un nacimiento, de forma que la Piedad Popular nos lleve a la contemplación del Misterio. Espero que al Niño Dios y a nuestros lectores les guste, fue preparado con amor, aunque con una sola mano.
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