Nuestro
señor Obispo, a quien nos hemos acostumbrado a verle en los diferentes momentos
y circunstancias de nuestra diócesis y, porque no decirlo, de nuestra vida
personal, ahora le veremos compartiendo con los hermanos sacerdotes que por su
salud deben someterse a rigurosas dietas.
Hoy en la cena nos comento con gran sonrisa en su rostro, muy
característico en él, que se unía al grupo de los diabéticos. Haciendo gracia
de su estado de salud y entre bromas ha iniciado su estricta dieta como le
vemos en la fotografía que nos han hecho llegar los “paparazzi”.
Aprovechamos para alentar a nuestros hermanos enfermos,
sacerdotes y laicos, a que compartan la serenidad de Monseñor Gonzalo, pues él,
como hemos comentado (tratando de hacer un poco de gracia) ha tomado la
circunstancia de su salud con una gran paz y satisfacción, a la vez que
emprenderá un continuo esfuerzo por dejar sus alimentos acostumbrados para
regirse a una norma alimenticia.
Querido Mons. Le saludo con mucho afecto. Animo en su dieta y cuente con mis oraciones. Saludos
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