lunes, 27 de agosto de 2012

DON ALESSANDRO DE SANCTIS, 70 AÑOS DE SACERDOCIO

Hace pocos días el informativo Religión en libertad publicó un hermoso artículo sobre Don Alessandro de Sanctis, sacerdote italiano que cumplió 70 años de sacerdocio. Durante todos estos años ha estado en la misma parroquia, Filettino. Ofrecemos a continuación el artículo íntegro, que no tiene desperdicio.
Por Carmelo López-Arias.
Filettino es la localidad más elevada del Lazio, situado a 1075 metros sobre el nivel del mar, en el valle que discurre entre el monte Cotengo y el monte Viglio, a unos cien kilómetros al este de Roma.

Setenta años seguidos

El cronista de Filettino, cuando enumera sus fuentes, cita, entre libros y legajos, una muy particular: "La memoria histórica de Don Alessandro". Porque Don Alessandro de Sanctis es el cura del pueblo ininterrumpidamente desde hace setenta años (el más longevo de Italia, y puede que del mundo), y si alguien sabe lo que ha pasado en él, es quien ha bautizado, casado, enterrado y confesado a la práctica totalidad de sus habitantes.



El pasado 15 de julio celebró sus setenta años de sacerdocio, y fue fiesta mayor en la villa. Al homenaje acudió el cardenal Angelo Comastri, arcipreste de la basílica de San Pedro, junto a todas las autoridades civiles, militares y de los carabineros.

No era para menos. Los más ancianos evocaron entonces su llegada a Filettino como coadjutor, nada más ordenarse, en plena Segunda Guerra Mundial. Corría el año 1942, y desde entonces no ha cambiado de destino. Se da además la circunstancia de que quien le precedió en el cargo de párroco fue su propio tío, Don Filippo.

El 1 de mayo de 1944 el futuro pendió de un hilo
Cuando sólo llevaba dos años allí, Don Alessandro fue uno de los protagonistas del evento más dramático en la historia reciente del tranquilo pueblo.


En mayo de 1944, en Filettino se alojaban varios soldados aliados, entre ellos un coronel inglés y un soldado yugoslavo que atendía una estación de radio, que además habían participado en la procesión de Viernes Santo. También se escondían en sus casas varios partisanos que iban y venían al cercano frente.

Un día, los aliados lanzaron en paracaídas sobre la zona a un tal Bruno (se desconoce el apellido), enlace con todas esas fuerzas. Pero Bruno fue capturado, y se le encontró una lista de nombres de miembros del Comité de Liberación de Filettino. Entre esos nombres figuraba el del (entonces) "joven cura", Don Alessandro de Sanctis.



El 1 de mayo, a las seis de la mañana, el pueblo se llenó de vehículos alemanes llenos de soldados que comenzaron los registros y las detenciones, mientras otros batían la zona a la caza de los huidos. El coronel inglés pudo esconderse en una poza, donde quedaba totalmente cubierto por el agua, salvo la cara.

El papel de Don Filippo
Los interrogatorios, centrados en el ayuntamiento, fueron muy duros, y Don Filippo, el tío de Don Alessandro, se presentó allí para detenerlos. Le intentaron intimidar, sin éxito. Al final los alemanes decidieron concentrar a toda la población en una parte del pueblo bajo vigilencia de los carabineros, dejándose a tres mujeres encarceladas en dependencias municipales, de donde Don Filippo las rescató en un descuido de sus captores.


La noche del 1 de mayo se pasó en Filettino con la inquietud de cuáles serían las represalias... Cuando se acercaba el temido amanecer, se oyó el ruido de una moto. Un enlace traía un mensaje para el comandante alemán con órdenes de liberar el pueblo, órdenes del mariscal Rodolfo Graziani, ministro de Defensa de la República Social Italiana, temeroso del destino de sus habitantes.



Por ese motivo, el tío de Don Alessandro testificó en favor del mariscal cuando fue procesado al finalizar la Segunda Guerra Mundial, relatando a los jueces su intervención en la salvación de Filettino.

El milagro de San Bernardino de Siena
No fue, por cierto, el único incidente bélico en la historia del tranquilo pueblo. También en mayo, pero en 1486, en un episodio de la secular querella entre las familias Orsini y Colonna, una compañía de soldados de los Orsini se instaló fuera de Filettino con la intención de asaltarlo al día siguiente. Sus habitantes, temerosos, encomendaron su protección a San Bernardino de Siena.


Súbitamente empezó a llover de manera torrencial, y las tropas tuvieron que huir precipitadamente del lugar donde habían acampado, que se inundaba por momentos. Considerada por todos una intervención milagrosa, declararon a San Bernardino de Siena patrono del pueblo, y sigue siéndolo.

Setenta años de fidelidad al sacerdocio
"Tengo la misma fe que hace setenta años", confesaba este sábado en el diario L´Avvenire. Y a sus 94 años, no para quieto un segundo: "A la parroquia llegan infinidad de fieles, son muchísimas las cosas que resolver. No tengo tiempo para pararme".

Don Alessandro no teme las nuevas tecnologías, pero no quiere que lo invadan todo. En la puerta de su parroquia hay un cartel que lo dice con humor, pero muy claro: "El Señor nos habla de muchas maneras, pero ten la seguridad de que no te llamará por teléfono. Dentro de la iglesia, apágalo".

(http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=24510)

jueves, 23 de agosto de 2012

FALLECIÓ EL P. MARTÍN LECUONA, O.C.D.




Don Manuel García

El día de ayer falleció en Chicacao don Manuel García, papá del P. Fredy Mejía, párroco de Pochuta. Enviamos nuestra sentida condolencia al P. Fredy y toda su querida familia al mimo tiempo que ofrecemos sufragios al Señor por el descanso eterno de don Manuel. 


sábado, 4 de agosto de 2012

SANTO CURA DE ARS, PATRONO DE LOS SACERDOTES


En la celebración de San Juan María Vianney, Santo Cura de Ars, enviamos las más sentidas felicitaciones a todos los sacerdotes de nuestra diócesis, de Guatemala y del mundo entero.
Les compartimos unas palabras del Papa Benedicto XVI, quien inpirándose en la vida y en el ministerio del Cura de Ars, nos dirige a los sacerdotes:

“Las frases sencillas pero densas del santo Cura sobre la Eucaristía nos ayudan a percibir mejor la riqueza de ese momento único de la jornada en el que vivimos un cara a cara vivificante para nosotros mismos y para cada uno de los fieles: La felicidad que hay en el decir la misa se comprenderá sólo en el cielo”.

Benedicto XVI anima a los sacerdotes y les asegura la cercanía de la Iglesia, así como su interés personal por su situación. En especial, quiso mostrar su afecto “a aquellos de vosotros que tienen la carga pastoral de varias iglesias y que se desgastan sin llevar cuentas por mantener una vida sacramental en sus diferentes comunidades”.

“¡El reconocimiento de la Iglesia es inmenso hacia todos vosotros! No perdáis el valor, sino seguid rezando para que numerosos jóvenes acepten responder a la llamada de Cristo”, exhortó.

Afirmó también que el sacerdote “lleva la Gracia en vaso de barro”, pero precisamente, “la conciencia de esta debilidad nos abre a la intimidad de Dios, que nos da fuerza y alegría”. “Cuanto más persevere el sacerdote en la amistad de Dios, más continuará la obra del Redentor en la tierra”, concluyó.


¡¡¡FELICIDADES A TODOS LOS SACERDOTES!!!