De la mano de Santa María, Madre de Dios, hemos terminado el año 2011. Y solamente con Ella nos atrevemos a emprender la aventura del nuevo año 2012. Le pedimos a Nuestra Señora que sostenga y acompañe al pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Sololá-Chimaltenango. Que siga bendiciendo a nuestro Obispo, Mons. Gonzalo, a nuestro presbiterio, a los Seminarios Diocesanos, a los religiosos y religiosas y a todos los fieles laicos.
Con la materna compañía de Nuestra Madre emprenderemos nuevos proyectos pastorales, que tienen como fin último dar a conocer y a amar a nuestro Señor Jesucristo.
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