Cantemos al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
Compartimos con toda la Diócesis la alegría de la Navidad, del Dios-con-nosotros. Queremos cantarle al Señor un cántico nuevo, concretando en que todos renovemos nuestro amor y enmendemos nuestras vidas. Así la novedad de nuestro cántico será de veras, y no sólo melódico.
Que las siguientes reflexiones del Papa Benedcito XVI nos ayuden a focalizar en lo importante en esta Navidad.
¡Qué el Señor los bendiga!
"Nuestros pensamientos vuelven a ese momento en la historia en que el pueblo elegido por Dios, los hijos de Israel, vivían en intensa expectación. Ellos esperaban al Mesías que Dios prometió enviar, y lo imaginaron como un gran líder que les rescataría de la dominación extranjera y restauraría su libertad.
Dios es siempre fiel a sus promesas, pero a menudo nos sorprende en la forma en que las cumple. El niño que nació en Belén iba a traer la liberación, pero no sólo para el pueblo de ese momento y lugar - el iba a ser el Salvador de todos los pueblos en todo el mundo y en toda la historia. Y no era una liberación política lo que el traía, conseguida a través de medios militares: al contrario, Cristo destruyó la muerte para siempre y restauró la vida utilizando como medio su vergonzosa muerte en la Cruz. Y aunque había nacido en la pobreza y en la oscuridad, lejos de los centros de poder de la tierra, no era otro que el Hijo de Dios. Por amor a nosotros, tomó sobre sí nuestra condición humana, nuestra fragilidad, nuestra vulnerabilidad, y nos abrió el camino que conduce a la plenitud de la vida, a participar en la vida de Dios mismo.
Mientras consideramos este gran misterio en nuestros corazones estas Navidades demos gracias a Dios por su bondad con nosotros, y proclamemos gozosamente a quienes nos rodean la buena noticia de que Dios nos ofrece liberarnos de todo lo que nos oprime; nos da la esperanza, nos da la vida".